Es un libro importante en mi vida como mamá, ya que encontré de una forma muy práctica, la manera de manejar adecuadamente la relación con mis hijos en sus primeros años de vida. La anécdota, es que mientras leía el libro, tuve un momento difícil con uno de mis hijos. Yo estaba alistándome para ir a trabajar, con el maquillaje sobre mi mesa de noche, de pronto, llega corriendo, tira todo el maquillaje al piso, y el también se tira al piso con cara de enojado. Me llega a la mente, lo que decía el libro, del ejemplo de lo ocurrido al Dr. Campbell.  Y así lo hice, me senté a su lado, lo coloqué en mi regazo y lo abracé, sin decir palabras con la boca, sino con el corazón, le decía cuanto lo amaba y todo lo que salía de mi corazón. Dice el libro que hay que quedarse con ellos abrazados, hasta que se suelten solos. Así me quede con él abrazado, hasta que se soltó. Y cuando se suelta, de la misma forma en que dice el libro, mi hijo se levanta, tranquilo, me mira, me dice, mamá ¿te recojo todo?, Así lo hizo y yo quede realmente sorprendida. Sensacional.